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Consejos para una Navidad sin sobresaltos de salud

La Navidad, si bien es una época muy especial desde el punto de vista familiar y social, puede entrañar riesgos para nuestra salud, debido a la frecuencia con la que, durante esos días, los hábitos saludables son sustituidos por costumbres mucho menos convenientes: desde un aumento del consumo del alcohol y el tabaco, al abandono del ejercicio físico o la ingesta de menús y alimentos hipercalóricos.

Las secuelas en nuestro organismo de estos excesos navideños pueden ser notables, y en unas pocas semanas puede producirse:

  • Aumento de los niveles de colesterol, de azúcar en sangre y del ácido úrico.
  • Subidas de la tensión arterial.
  • Mayor retención de líquidos.
  • Ganancia de peso y grasa corporal.

Qué debemos tener en cuenta para que la Navidad no sea un riesgo para nuestra salud:

  • Cocinar de manera saludable siempre que se pueda.
    Intentar cuidarnos los días en que no haya eventos familiares o con amigos. Aprovechar para cocinar al vapor, al horno o a la plancha. Disminuir los platos con grasas saturadas (presentes en carnes, embutidos y productos de pastelería).
  • Comer frutas, verduras y hortalizas.
    Consumir abundantes frutas y verduras, así como alimentos ricos en hidratos de carbono integrales. Su fibra regula el tránsito intestinal, lo que ayudará a ir al baño y controlar los niveles de colesterol.
  • No abusar de la sal.
    Esta provoca retención de líquidos, además de aumentar el riesgo de hipertensión. Para no restar sabor a las comidas, se puede recurrir al apio, las especias o las hierbas aromáticas. También se deben evitar los alimentos precocinados y en conserva o enlatados, debido a su alto contenido en sal.
  • Huir de los excesos.
    Disfruta de turrones y golosinas, pero sin pasarte: probarlos sólo en la comida o cena de celebración y no repetir. De esta manera, se evitará el exceso de azúcar.
  • Dulces fuera de la vista.
    Para evitar caer en la tentación de picar entre horas, guardar los dulces en un lugar donde no estén captando la atención constantemente. Mantener la rutina de realizar cinco comidas al día: a media mañana y para merendar, comer frutas que hidratarán y saciarán.
  • Precaución con el alcohol.
    Los vinos, el champán, las copas y los tragos riegan los eventos navideños, pero abusar del alcohol puede provocarnos la temida resaca, además de que supone una ingesta de calorías vacías e inútiles. Hay que intentar tomarlos únicamente durante la comida e intercalándolos con vasos de agua. Así se pueden eliminar más rápidamente y evitar la hinchazón y el dolor de cabeza. Reservar la sidra y champán para el momento del brindis.
  • El agua, más necesaria que nunca.
    Recordemos beber ocho vasos de agua al día. Se trata de un hábito muy beneficioso que debes mantener más que nunca durante las fiestas, pues facilita el tránsito intestinal, hidrata el organismo y previene la deshidratación producida por el alcohol. También puedes ingerir infusiones y jugos naturales, y evitar las gaseosas.
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