Los adultos suelen prestar más atención a la salud de los más pequeños de la casa y poca en la suya. Por desgracia, esto solemos verlo mucho, ya que acuden cuando el problema ya es grave y cuesta más poder solucionarlo.
Lamentablemente, cuanto más mayores nos hacemos, más problemas podológicos tenemos y menos atención les prestamos. En nuestro país, alrededor del 70 % de los mayores de 65 años tiene algún problema en los pies.
Si la podología es importante toda la vida, lo es aún más cuando se tiene cierta edad, pues se juntan diferentes enfermedades que pueden tener una repercusión negativa en los pies.
A medida que pasa el tiempo, los pies van acumulando el desgaste de haber soportado el peso de nuestro cuerpo, a lo que hay que sumar la actividad que se haya realizado (algunos deportes son muy dañinos para los pies ya que el calzado apropiado a la actividad es muy duro o las reiteradas veces que se lesiona la zona de apoyo genera patologías), los caminos y sus irregularidades, entre otras causas.
Además, debido a la edad, pueden presentarse otros problemas, como falta de equilibrio o de movimiento, que pueden provocar caídas, golpes o pequeños impactos, lo que acaba produciendo otros daños asociados a los ya posiblemente presentados.
Por ello, hay que ser constante y acudir a centros de podología para llevar un mantenimiento a lo largo de la vida y evitar así posibles complicaciones en el futuro. Las enfermedades que pueden surgir por la edad son muchas y muy variadas: algunas pueden detectarse a simple vista; otras, por el contrario, solo podrán ser diagnosticadas en consulta.
Consejos podológicos para adultos
Detallo algunos de los consejos podológicos para adultos que son imprescindibles en la actualidad si lo que se desea es tener una buena salud en los pies. Son muy sencillos y, es verdad que cualquier persona podría y debería tenerlos en cuenta, desde niños ( para compensar y/o corregir) a jóvenes (compensar).
- Higiene diaria
Para evitar la aparición de bacterias u otros microorganismos, es necesario llevar una higiene diaria en los pies. Hay que lavarlos con productos adecuados y secarlos posteriormente de forma minuciosa.
- Examen podal
Es aconsejable acudir periódicamente a un podólogo para que nos realice un examen de nuestros pies. Sobre todo, es importante realizarlo cuando se comienza a tener cierta movilidad reducida.
- Uso de calzado adecuado u ortopédico
Siempre aconsejamos a nuestros pacientes que si van a comprar zapatos vayan por la tarde, cuando los pies ya han sufrido algo y están inflamados y doloridos. Esto es perfecto para elegir un calzado cómodo, ya que siempre buscaremos uno que no moleste en aquellas zonas que están más sensibles.
Es conveniente elegir una suela antideslizante y no demasiado gruesa, y como mucho un taco de 2 o 3 centímetros para evitar posibles accidentes. También es aconsejable usar medias algodón.
- Revisión de uñas
La revisión y el cuidado de las uñas es clave, es una zona donde aparecen de forma regular diferentes afecciones, como uñas encarnadas, rozaduras cerca de ellas, infecciones u hongos. Para evitar que se agraven, deben consultar un podólogo para que sean cortadas y tratadas.
- Evitar problemas circulatorios
Los pies y tobillos suelen verse afectados por los problemas circulatorios, esto sucede porque son las extremidades que más lejos se encuentra del cuerpo. Por eso, para evitar este tipo de problemas, lo mejor es llevar una alimentación sana, no consumir sal en grandes cantidades y, por supuesto, realizar actividad todos los días.
Controlando los problemas de circulación, evita a futuro, afecciones como llagas o úlceras. Si estas llegan a aparecer, tratarlas es más difícil, lo que supondría una disminución en la calidad de vida del paciente durante mucho tiempo. Por este motivo, si se sufre por ejemplo diabetes, hay que estar muy pendiente de su aparición para poder tratarlas cuanto antes.
MARIA SOLEDAD ESAIN PODÓLOGA MATRICULA N° 2863