Porque querer es poder. Porque somos mamíferos por naturaleza. Porque con la lactancia, damos alimento, abrigo y un lugar seguro a nuestras crías para que desarrollen su máximo potencial.
Además, la leche materna está disponible las 24 horas. Se produce a demanda y solo basta poner al bebé en el pecho para que comience la producción más eficaz que existe, porque cambia de acuerdo a las necesidades del niño.
Lo primero que hay que saber es que ¡sí se puede!!
Desterremos mitos, apoyemos la lactancia promoviendo y sosteniendo, porque necesitamos que todos se involucren. Algunos de los mitos es «la leche no lo satisface», «llora porque se queda con hambre». No es así.
La leche materna es el mejor alimento que puede existir, es un compuesto vivo, lleno de células inmunitarias que aporta defensas, mejora el neurodesarrollo y genera apego seguro.
El amamantamiento genera menor riesgo de obesidad y diabetes de adultos, disminuye la posibilidad de presentar alergias, provoca una recuperación más rápida ante infecciones respiratorias y gastrointestinales.
En la mamá, disminuye la depresión y los sangrados postparto. La protege contra el cáncer de ovario, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, ayuda a recuperar el peso previo, entre otras ventajas.
Por eso, apostemos a una lactancia exclusiva hasta los 6 meses. Luego, con la introducción de la alimentación complementaria, hasta por lo menos los 2 años.
¡Por una lactancia prolongada si así lo desean y por un destete respetuoso. Por más políticas que ayuden a promover y mantener la lactancia y por menos leches de fórmula!
Dra. Vanesa Rolfo / Médica Pediatra
MP 71225